Vivimos inmersos en una niebla constante. No es exclusiva de las guerras externas, sino de cada combate interno: decisiones, dudas, miedos. La niebla nos ciega y nos fuerza a actuar sin certeza.
Las cicatrices son mapas. No trofeos, sino testigos de que operamos en la penumbra, de que avanzamos bajo condiciones que nunca fueron claras.
Comments